El adiós más difícil: el legado de José Antonio Jr. Capitulo #9

El 16 de julio de 2022, a las 3:23 de la madrugada, nuestro hijo José Antonio Jr. partió de este mundo. Su corazón valiente, que había resistido intervenciones quirúrgicas, infecciones, medicamentos, tubos y máquinas, finalmente descansó. Tenía tan solo 57 días de vida, pero su impacto, su historia y su fuerza, trascenderán generaciones.

Aquel momento fue surreal. LLovia muchiisimo en Ciudad de Mexico, Subimos al piso 5 en silencio, caminando por los pasillos del hospital como si no pertenecieran a esta realidad, en un horario que no era habitual para nosotros, el hospital se sentia frio, desolado. Al llegar a la UCIN, nadie nos dió explicaciones inmediatas, aguardábamos en la sala de espera para esperar el llamado. Vimos todo intacto: su cuerpo, aún con temperatura, sus cables, los monitores encendidos. Lo acariciamos, lo abrazamos, lo contemplamos… intentando comprender que esa presencia física ya no contenía su alma.

No hubo gritos. Solo un silencio ensordecedor. El cuerpo actuaba en automático. Lo abrazamos como si con nuestra ternura pudiéramos detener el tiempo. La doctora de guardia se acercó y, con delicadeza, nos dijo que nuestro hijo no había sufrido. Queremos creer que así fue. Que en sus últimos instantes sintió amor, paz, compañía. Dios lo acogió en sus brazos amorosos.

Las siguientes horas fueron un torbellino. Papeles, seguros, llamadas, trámites funerarios. Todo en un estado de shock. No podíamos asimilar lo que nos estaba sucediendo. Sabíamos que esto podía pasar, pero seguíamos aferrados a que podría suceder un milagro. En solo instantes se empezaron a desvanecer los sueños de regresar con nuestro hijo a casa, a su habitacion, a su hogar. Ese momento que soñábamos de salir del hospital con Joseciso y compañar con globos, simplemente se exfumó. Amigos y familiares comenzaron a llamar y algunos a llegar, entre ellos su madrina, su tío, ellos nos dieron el abrazo que necesitábamos en aquel momento tan dificil de nuestras vidas, y dejaron todo para estar con nosotros. Esa parte del cuerpo que en ese momento se vuelve tan importante, un hombro que te sostenga, acompañado de un abrazo que te brinda un poco de consuelo, un silencio que dice más que mil palabras y donde el idioma común era la tristeza y lágrimas presentes.

Es muy duro el momento cuando te toca reconocer el cuerpo de un ser querido y mucho más aún el de tu hijo, el de un bebito que apenas llegaba a descubrir el mundo, pero allí seguiamos juntos como siempre mi esposa y yo tomados de la mano y sosteniéndonos. Ese momento era una evidencia de que no siempre se sigue el ciclo natural de la vida, ese orden natural de la vida que solemos escuchar de que los hijos despiden a los padres, no está garantizado, a nosotros nos tocó al revés. Si bien habíamos tenido un ritual de despedida la noche anterior, no estábamos preparados para esto.

Recordamos que el personal de la funeraria fue muy amable y detallista, en ese momento de shock que no sabías que hacer, decir, pensar, le preguntaron a mi esposa si le gustaría conservar un mechón de cabello, y su respuesta fue sí. También nos ofrecieron tomar las huellitas de sus piecitos y nos entregaron ese hermoso recuerdo, sin dudas las huellas más pequeñitas con un legado inmenso.

En ese momento no entendíamos el significado o el ¿para qué? de estos detalles y hoy en día entendemos que todas esas cosas que para algunos pueden ser simples, para los padres en suelo se convierten en el tesoro más apreciado, en la evidencia de que nuestro hijo si estuvo acá en este mundo con nosotros. Son objetos que te pueden ayudar a transitar tu duelo y a formar parte de la caja de memorias o caja de recuerdos de nuestros hijos.

Otro momento fuerte para nosotros fue escoger la ropa y los detalles que lo iban a compañar. en su sepelio. Ver su ropita y pensar que lo que íbamos a escoger era lo único que iba a usar su cuerpecito es muy duro para los papás, pero nos tocaba tomar la decisión desde el amor, lo que considerábamos era lo mejor. Recordamos que también le pusimos un rosario de la Virgen de Guadalupe que mi esposa había comprado para su habitación y que aún conservamos, además una cobijita de apego con un peluche de osito blanco y una mantita.

Su cuerpo fue vestido con amor. Había un lienzo con su hermoso rostro, sus cachetotes y el lunar que sacó de su mamá. Su historia fue contada entre lágrimas. Y su partida, aunque imposible de asimilar, se convirtió en un acto de luz. Como les hemos comentado, somos creyentes de la religión cristiana católica y justo nos llama la atención que el día que esogió nuestro hijo para partir al cielo, se celebra el Dïa de la Virgen del Carmen y confiamos que ella lo acogió y arrulló en sus brazos.

Para los preparativos del funeral, recibimos mucha ayuda de la madrina de Josecito, recuerdo le preguntaba a mi esposa que flores querías ponerle y escogimos la mayoría blancas entre lirios, rosas, crisantemos, gladiolos, gerberas y azucenas. Otras flores eran de color violeta y amarillo, combinadas con rosas pequeñas de tonalidad rosado claro como muestra del amor y de la ternura que transmiría nuestro hijo.

Ese día no sabíamos como vestir, mi esposa queria usar tonos claros, blancos o azules de bebé y así lo hicimos. El primer día mi esposa usó el mismo vestido del baby shower, azul cielo, jamás nos imaginamos que lo iba a volver a usar en ese día y yo me puse un pantalón azul claro, camisa blanca y saco beige, haciendo honorable el momento y con un toque de amor y detalle. Pudimos organizar una misa, donde nos acompañaron algunos familiares y amigos de forma presencial y otros de forma virtual, un momento muy emotivo. El padre nos recordaba que lo que se fue, es el estuche de regalo de Josecito, no su espíritu, sigue con nosotros y en nuestros corazones. Pudimos manifestar palabras bonitas, amorosas, ponerle canciones y rezar el rosario. Recibimos detalles con globos, peluches y flores que atesoramos las muestras de cariño. Su madrina le cumplió la promesa de llevarles globos, solo que ella soñaba que fueran en el momento de su alta del hospital y llegaron a acompañarlo en su sepelio. Sin duda la tristeza estaba allí, delante, arriba, abajo de nosotros por donde queríamos voltear. Nuestro corazón hecho pedacitos. Faltaba una parte de nosotros.

Esa noche, nos quedamos en la funeraria después de despedir a amigos y compañeros de trabajo de mi esposa, abrazados los tres. Mamá, papá y José Antonio. Fue nuestro último abrazo terrenal. Un momento de comunión que ninguna muerte puede borrar.

Un momento muy duro que nos tocó como padres fue gestionar el acta de defunción, un golpe duro y que forma parte de la aceptación de la dura realidad que ahora nos tocaba vivir. Nuestro bebé que empezaba a nacer a quién no pudimos gestionarle un acta de nacimiento, solo contaba con el certificado que nos otorgó eñ hospital que decía «Recién Nacido y los apellidos de mi esposa», ahora nos tocaba gestionar este documento para poder avanzar con su cremación, era el único documento donde estaba plasmado su nombre completo, donde a nuestro hijo se le reconocía su identidad. En ese momento ya empezabamos a sentir un vacío inmenso en el pecho que no sabíamos con que llenar. Se hacía un nudo grande en la garganta que no te permitía tragar con normalidad, dificultaba que salieran las palabras.

Al momento de prepararnos para la despedida de su cuerpecito, cada uno de los presentes pudo tener un momento a solas con él. No sabemos que información se intercambió solo cada quien sabe lo que nuestro hijo le transmitió, algún pensamiento, allguna enseñanza. Su madrina y tio le cantaron la canción «Hay Ángeles Volando en este Lugar», que es muy especial para ellos, para su unión en matrimonio y que dedicaron a nuestro príncipe. Nuestro Ángel valiente o amoroso.

A Josecito le prometimos ese día que íbamos a estar bien, en ese momento estábamos en modo zombi, en modo piloto automático, no sabíamos a qué nos comprometíamos, a que nos enfrentábamos, quizás era Dios enviándonos una señal de confíanza, de esperanza, de que en algún momento así iba a ser. Esa promesa de estar bien, le fallamos en más de una ocasión, pero no se nos olvida. Tenemos un compromiso de honrar la vida de nuestro hijo Josecito que sucedió en la nuestra. Tenemos el compromiso de sanar el dolor y transcederlo en amor. De hacer sentir orgulloso a Josecito de sus papás, para que al momento de rencontrarmos tengamos mucho que contarle sobre nuestra historia luego de su partida.

Aunque su cuerpo ya no esté con nosotros, su legado está más vivo que nunca. Este blog, estas palabras, estos recuerdos, no son solo una crónica de lo vivido. Son un mensaje. Un llamado. Una promesa.

José Antonio Jr nos enseñó lo que significa la verdadera valentía. Nos demostró que incluso en la fragilidad, hay poder. Que incluso en el dolor, puede nacer el propósito. Que incluso en la despedida, puede florecer la misión.

Él vino al mundo a dejar huella. Y la dejó. En cada persona que se conectó con nosotros al saber de su exitencia, de su condición. En cada lector que hoy conoce su historia. En cada padre que, gracias a esto, exigirá más controles. En cada médico que reflexionará. En cada enfermero que buscara ser más empático y amoroso. En cada madre que cuidará con más información y consciencia.

José Antonio Jr. vivirá por siempre, no solo en nuestro corazón, sino en cada vida que toque su historia

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2 respuestas a “La historia de amor y pérdida de José Antonio Jr.”

  1. Avatar de fortunately7f1c63b62c
    fortunately7f1c63b62c

    sin duda Josecito está tan orgulloso de sus papis que hará llegar este testimonio de amor, de fe y de esperanza, a tantos corazones que lo necesitan.
    hoy Josecito me hizo un maravilloso regalo, compartirme esta hermosa canción de Ángeles volando, que para mi familia y para mí, es un himno de amor, porque era la canción favorita de mi niña amada, que segura estoy andará cuidando a Josecito en el cielo.
    gracias por tanto.

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    1. Avatar de Baby Jose: Nuestro Hijo de luz

      Hola yaya , gracias por tan bellas palabras y mas viniendo de ti, gracias por leernos y como comentas esa canción la pusimos el dia que nos despedimos de baby jose es muy emotiva y sin duda tu nena debe estar jugando con nuestro bebe en el cielo , gracias por tanto 💖 abrazos

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